Academia de Ciencias Matemáticas, Físico-Químicas y Naturales


Cierre del acto de ingreso en la Academia como Académico Correspondiente del Ilmo. Sr. D. Antonio Martínez Naveira realizado por el Excmo. Sr. Presidente de la Academia



Excmos. e Ilmos. Sres. Académicos,
Sras. y Sres.,
Este acto solemne que hoy celebramos constituye la primera actividad de las previstas por nuestra Academia de Ciencias para el nuevo curso académico. Aunque aún no hemos hecho el acto de apertura oficial del curso, creo que ha sido un acierto celebrar de esta manera, como hoy lo estamos haciendo, con la recepción de un académico en nuestra nómina de correspondientes, el comienzo anual de nuestras actividades en este año convulso pero esperanzador, dicen, de 2014.
Porque, qué duda cabe, incorporar un nuevo académico es aumentar el tesoro intelectual que constituye el patrimonio de las Academias, en nuestro caso, el único patrimonio de que disponemos. Nuestro capital es el capital humano y créanme que en esta Institución somos conscientes de que hay que administrarlo con prudencia y con criterios de eficacia. Es por ello que quiero resaltar en esta breve intervención el acierto de la Academia en incorporar al Profesor Martínez Naveira a nuestra «nómina», en la seguridad de que, al hacerlo, aportamos, como he dicho antes, «capital humano» de primerísima calidad.
Por ello quiero agradecer al Profesor Barros Díaz, no solo el haber hecho la propuesta de incorporación a la Academia del ya nuevo Académico Correspondiente, sino también el haber cumplido, si se me permite la expresión, con el mandato que le hizo el Pleno de hacer la presentación del candidato y la defensa de su discurso de entrada. Gracias, Manuel, por esta aportación que haces a la Academia y que estoy seguro redundará en beneficio de nuestra Institución.
Hace algo menos de dos meses ingresaba en esta Academia el Profesor Martínez Moreno, Catedrático de Análisis Matemático de nuestra Universidad. Antes lo habían hecho la Profesora Linares Pérez y el Profesor Jara Martínez, también personalidades distinguidas del mundo de la matemática en sus respectivos campos, la Estadística y el Álgebra, respectivamente. Hoy recibimos al Profesor Martínez Naveira, un matemático, científico sobresaliente entre sus pares, proveniente del mundo de la Geometría y la Topología. ¿Es esto una simple coincidencia, o será quizás el reflejo de la pujanza de la matemática en nuestro entorno y en nuestro tiempo, de la fuerza de los matemáticos en la conformación de las nuevas estructuras de nuestra sociedad actual?
En cualquier caso, de forma no premeditada pero real, porque así ha sucedido, la Academia de Ciencias de Granada está contribuyendo, a través de la incorporación de matemáticos a su nómina, pero también a través de las actividades que éstos desarrollan, a homenajear a la Matemática como parte esencial del conocimiento científico. Parece, como decía hace poco el Profesor Jara Martínez en su discurso de ingreso en esta Academia, que «es el tiempo de los matemáticos». Y posiblemente sea verdad. Pero yo quisiera resaltar esta tarde que nuestra Academia hace este reconocimiento de manera amplia, extensiva, incorporando, a través de los especialistas correspondientes, nuevas materias, nuevos desarrollos que, a lo largo de los siglos, han conformado el corpus del pensamiento matemático y que han dejado atrás, o al menos se somete a nuevas interpretaciones, la famosa advertencia de Platón a la entrada de su Academia: «No entre aquí quien no sepa Geometría».
Pero no será este Presidente que les habla el que enmiende la plana a Platón, y por ello me congratulo, como no podría ser de otra manera, por darle la bienvenida, por abrirle la puerta de nuestra Academia, precisamente a un hombre «que sabe Geometría», y que, como bien se ha descrito por parte de nuestro compañero el Profesor Barros, es también un humanista y yo diría además, un referente en actitudes, estilos y comportamientos, en los que prima la disposición de entrega a la sociedad, a través de sus conocimientos y sus capacidades como docente e investigador. Soy consciente, y así lo vimos cuando el Pleno de la Academia de Ciencias decidió aceptar la propuesta de ingreso del Profesor Martínez Naveira, que con él incorporábamos a un Maestro, con todo lo que esa palabra significa, y que por tal razón incorporábamos a alguien que sin duda podría aportar mucho al cumplimiento de los objetivos de esta Institución.
Para los que hemos oído y, como es mi caso leído con cuidado el texto del discurso que nos ha ofrecido nuestro nuevo Académico, seguramente nos ha llamado la atención que bajo un título tan aparentemente ambiguo como «algunas observaciones sobre la matemática…», se ha desarrollado un discurso sobresaliente en el que, de manera sistemática, se recorre con perspectiva histórica no solo el propio concepto de lo que se entiende por «matemática», sino las fases de su desarrollo, diferenciación en campos de especialización y de su aplicabilidad, con especial referencia a lo que la matemática ha sido, es y podría llegar a ser en nuestro país, en España. Excelente documento el que nos ha ofrecido el Profesor Martínez Naveira, y también, desde mi punto de vista, no exento de puntos para la reflexión y el debate, algunos de ellos «provocativos», como hacemos los profesores para sacar del letargo a nuestros alumnos, pero siempre apasionantes para las mentes abiertas, y prestas a la confrontación dialéctica. La pregunta «¿Qué es la matemática»? aparece una y otra vez en el texto y sobre ella se hacen afirmaciones, reflexiones y se sacan conclusiones de gran calado. Mi propia lectura de este discurso, y aún más recordando otros discursos de los Académicos antes mencionados, me hace ver que hay una coincidencia absoluta en reconocer que se trata de «algo bello». La belleza, como atributo de la matemática parece algo incuestionable, aunque esta belleza la perciban de distinta forma los que la conocen. En todo caso, al menos yo así lo veo, la intensidad en la percepción de su belleza viene, sin duda, de adentrarse activamente en las matemáticas. Y creo que coincidiremos en que es muy difícil disfrutar o apreciar las matemáticas de manera puramente pasiva.
Nuestro compañero Juan Martínez nos decía a propósito de la «teoría de las funciones de una variable compleja», que estamos ante «una de las más hermosas obras de arte matemático jamás escritas». Nuestro nuevo Académico comparte, sin duda, a través de las citas que se recogen en su bien argumentado discurso, las afirmaciones de autores que, como Russel, consideran las matemáticas no solo como «poseedoras de la verdad» sino también de «la suprema belleza… de nuestra Naturaleza». El Profesor Martínez Naveira reconoce en su discurso que «los matemáticos… [en el desempeño de su trabajo] y al margen de la importancia que pudieran encerrar para la sociedad… siempre han gozado con la belleza de sus descubrimientos y con el reto que todo problema matemático comporta». Y junto a esta, diríamos, declaración de principios, y tras reconocer que [la matemática] es la «herramienta más poderosa que ha encontrado la humanidad» para mostrar la «realidad oculta en las leyes que la describen», la pregunta «¿Qué es la matemática?», le hace volver, como decía antes, sobre el puro concepto de manera insistente. Y en este terreno se mueve con prudencia, unas veces reconociendo que «a lo largo de la historia algunos conceptos han sido muy difíciles de comprender y asimilar» (y cita explícitamente el concepto de infinito), y otras reconociendo como »gran definición de la Matemática» la debida a Bourguignon de que «hacer matemáticas es dar el mismo nombre a cosas diferentes». Esta afirmación, junto a otras como que «la aplicabilidad de las Matemáticas es un misterio difícil de entender», marcan una forma propia, característica de un libre-pensador, de un científico en suma, de aproximarse a eso que él llama (parafraseando a Wigner), «el milagro de la adecuación del lenguaje [de la Matemática] para la formulación de las leyes físicas [de la Naturaleza]».
Señoras y Señores, queridos compañeros, se nos dice desde todos los ámbitos de la sociedad, que las Academias deben ser contundentes en relación con la búsqueda de impacto de nuestras actividades en la Sociedad. Se nos pide, y quede aquí claro que también se nos exige, que las Academias seamos sensibles y reaccionemos a las profundas transformaciones que la sociedad está experimentando. Se nos pide que aportemos ese «tesoro intelectual» que se nos atribuye, al que me refería al principio de mi intervención, no a la realización de actividades de consumo interno, sino al fomento de aquellas otras que cubran las nuevas demandas sociales que aparecen de manera continua, y que nos están transformando y haciéndonos evolucionar hacia un mundo que en estos momentos no es previsible.
Permítanme por tanto que este acto, solemne sin duda, de incorporación de un nuevo académico, lo interprete en clave no de homenaje a un científico extraordinario, que sin duda lo es y lo merece, sino de un paso más en la construcción de una estructura académica que se enriquece de manera muy notable pero que, sobre todo, nos ayudará a que esta Institución sea algo vivo e influyente en nuestro entorno.
Y eso es lo que esperamos de ti, querido compañero, Profesor Martínez Naveira. No dudes que este acto te compromete a seguir trabajando, como sabes hacerlo, esta vez en un espacio abierto a la discusión y el debate. Pero a la vez este acto es también motivo de profunda satisfacción para la Academia de Ciencias de Granada, que se enorgullece de tenerte junto a nosotros.
Enhorabuena, por tanto, a todos los que formamos parte de esta Institución, al nuevo Académico, a sus antiguos compañeros de la Facultad de Ciencias, y mi deseo para todos de salud y máxima felicidad en nuestras vida.
Muchas gracias a todos.
He dicho